"Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla. (Jeremías 18:4) |
"COMO DIOS TRANFORMA NUESTRO CORAZON" Fue el tema de nuestro 2o. Seminario en el cual nuestra predicadora fue la Hna. Sara Solórzano.
"Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra." Ezequiel 36:26-27.
La pastora Sara, nos predico acerca de tres puntos importantes: cambio nuestra manera de vivir, de pensar y de reaccionar.
1) El cambia nuestra manera de vivir. En Juan 4:4 la Biblia nos habla de una mujer que no había saciado en los hombres su sed espiritual, hasta que llego la fuente de agua viva a su vida: JESUS. (la mujer samaritana).
2) Dios cambia nuestra manera de pensar. Marcos 5: 24-27 nos habla de la mujer de flujo de sangre, ella había estado en esa condición ya por doce años; quizás en su corazón ella creía que no había solución; pero al momento que ella escucho hablar de Jesús, cambio su manera de pensar y creyó en Jesús. Así ella al tocar el borde de su manto fue sana.
3) Dios cambia nuestra manera de reaccionar. ¿Como reaccionamos ante los problemas o situaciones difíciles? Martha y María tomaron una actitud de reclamo ante Jesús por el fallecimiento de Lázaro, su hermano; ante esto, Jesús se entristeció, pues se dio cuenta que su fe era poca al decirle "Martha, Martha, no te he dicho que si creyeres veras la gloria de Dios?" Y resucito a Lázaro.(Juan 11:1). Dios cambia nuestra manera de reaccionar ante las situaciones si vivimos confiando en su Palabra. No hay cabida para dudar o desconfiar de Dios pues El es un Dios fiel, que cumple sus promesas.
La hermana Sara también nos hablo de los tipos de barro que Dios NO puede usar: A) Tres tipos de barro que Dios no puede usar. "Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla. (Jeremías 18:4) El barro completamente seco: Son corazones de piedra, corazones adoloridos. El barro que no hay humedad: Es el que no se sujeta, no tiene la unción del Espíritu Santo. El barro que no tiene bolsas de aire: Es una vida con pecados ocultos, como los celos y el juzgar a otros. Cuando el barro esta lleno de piedras. y lo ponen al horno, este barro explota. El Señor nos compara con el barro, y El es el Alfarero, somos su obra, por tanto es necesario que El nos transforme a su manera para así poder ser un vaso útil en sus manos. Debemos sumergirnos en su Presencia durante el proceso de cambio y así el Señor podrá transformar nuestro corazón de piedra en uno de carne y pondrá El su Espíritu dentro de nosotros. Dios les bendiga.
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