
Amadas hermanas en el Señor, que Dios me las bendiga grandemente, mi nombre es Ana Leal y soy miembro de esta iglesia desde 1985.
Quiero dar un testimonio de las grandes cosas que Dios ha hecho. El vino a mi vida cuando mas lo necesitaba, cambio mi corazón, me lleno de su amor y todo resentimiento y tristeza salio de mi vida; el llenó todo ese vacio que habia en mi corazón. Me llenó de gozo, de paz, aprendí a tener fe y a confiar plemanente en el.
Hermanas, yo padecia de epilepcia desde los 34 años, me daban convulsiones tan fuertes que me dejaban agotada, confusa, tenia lagunas mentales, mucho temor y no tenia gusto en mi paladar, comia y no sentia el sabor de la camida; fue un tiempo terrible, pero gracias al Señor Jesucristo que yo fui sanada en un culto de oración en el año 89, el hermano Joel Brito oró por mi, y cuando el hermano estaba orando por mi, el Señor me dio la vision de ver como de mi salia un ser horrendo, como un enano color café y cuando pasó a los pies del hermano Joel, el enano se hizo pequeño, mas pequeño y salió huyendo hasta que se desapareció. cruel,por su amor y misericordia. Esa noche todavia fui atacada con una convulsion, pero fue la ultima, porque desde entonces nunca mas han regresado, gracias a mi Señor que el me libero y me hizo libre de esa enfermedad tan cruel por su amor y misericordia. Hoy quiero decirles a todos aquellos que padecen de alguna enfermedad que sea incurable, que se tomen de la mano sanadora y misericordiosa del Señor, que el todo lo puede, los doctores dicen -no hay remedio- pero Dios tiene la ultima palabra.
Porque “El es el mismo de ayer, de hoy y para siempre”; sin Dios estas perdido pero con Dios encuentras el camino verdadero porque “El es el camino, la verdad y la vida”.
El quiere sanarte, liberarte de ataduras, solo ven a el con un corazón sincero y humilde y pídeselo de todo corazón y con toda tu fe, y el te va a sanar. Ahora el es mi amigo, mi confidente, a el vengo y le cuento todos mis problemas y el siempre me ha escuchado, yo se que a ti tambien te escuchará.
Que Dios me las bendiga.
Hermana Ana Leal.
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